En cualquier cultura el paso de un año a otro siempre ha sido una ocasión para celebrar las costumbres que se han establecido de generación en generación, en cada país. Y como en cada celebración especial, la comida está presente, con su carga de tradiciones y combinando sabores y costumbres que han sido heredadas, y que van modificándose sin perder la esencia de sus orígenes.

¡Feliz Año nuevo!

Para despedir el año, los romanos preparaban una cena entre amigos y familiares, en la que intercambian miel, dátiles e higos para que el próximo año fuera dulce.

En Rusia, la cena se conforma de lechón relleno de trigo negro o ganso relleno de manzana.

En Polonia, se consume, con la cena, cerezas para llamar la buena suerte.

En Italia, el primer almuerzo del año nuevo son lentejas porque asimilan la imagen de las legumbres con la de la abundancia y el dinero. Esta es una creencia antiquísima. Los romanos regalaban a principio de año estas legumbres con la intención de que se convirtieran en monedas de oro que incrementaran su poder adquisitivo.

La costumbre de comer uvas data de 1909, en España, cuando los viticultores, tras una cosecha excesiva, regalaron al pueblo los excedentes de uvas, con el pretexto que su consumo en Nochevieja traería fortuna.

En Japón, comen antes de que sea Año Nuevo para evitar tener mala suerte económicamente.

Para los griegos el día de año nuevo se celebra la fiesta de San Basilio, ya que en esta fecha se conmemora el día de su muerte. Para la celebración es tradición hornear un pan en cuyo interior se entierra una moneda. Cuando el pan está listo se hacen dos cortes: el primer corte se ofrece a Dios y el segundo a la prosperidad de la casa. Si este segundo corte contiene la moneda, significa que la primavera llegará temprano ese año, lo que en tiempos remotos equivalía a abundancia en la cosecha.

En Venezuela, antes de que termine el año, las familias preparan hallaca, una especie de tamal, con un relleno especial que se regala a los amigos durante la noche. Esa es una forma de reafirmar la amistad y de desear buena suerte para el próximo año.

En Filipinas se cree que las frutas redondas atraen a la Buena suerte y el éxito para toda la familia. Esto significa que 8, 12 o 13 (dependiendo de la tradición) frutas deben estar sobre la mesa para dar la bienvenida a la fortuna.